● La entrega del Premio Bienal a la Trayectoria “Sergio Antelo” se efectuó de forma remota. En audiovisuales se destacó las obras y pensamientos de los profesionales.
La Bienal Internacional de Arquitectura de Santa Cruz cerró oficialmente sus actividades entregando el Premio Bienal a la Trayectoria “Sergio Antelo” al paceño Carlos Villagómez Paredes y, de forma póstuma, al cruceño Mario Ribera Parada.
Agradecido con la distinción conferida, en un video que detallaba su perfil profesional, Villagómez declaró: “Ser arquitecto significa ser un actor cultural de tu sociedad; no se trata solamente ser creador de hermosos edificios o casas, sino que tienes que tener una incidencia fundamental en todos los procesos culturales del lugar donde vives”.
Villagómez tiene una amplia trayectoria en el diseño, el campo académico y el tema intelectual, lo que lo ha llevado a dar conferencias en universidades, colegios de arquitectos y bienales de diversas ciudades de Latinoamérica. Es mentor de la ampliación del Museo Nacional de Etnografía y Folklore, en La Paz, donde consiguió integrar la arquitectura contemporánea con el estilo colonial del edificio construido en 1730; otra obra suya es el Museo Regional de Arqueología Tiawanaku, donde tomó elementos de las edificaciones de la antigua ciudad preincaica. “Con el tiempo he aprendido a ser un arquitecto que no tiene un estilo fijo; en el 2000 empecé con la arquitectura que ahora se llama minimalista”, expresó. La Casa Crespo, fue publicada en muchas revistas internacionales, es la referencia a esa etapa de su vida.
En video también se hizo referencia a Mario Ribera. De él, Víctor Hugo Limpias, decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UPSA, expresó: “Era un profesional preocupado por la arquitectura y por el arte, y fue capaz de trabajar coincidiendo plenamente con esas preocupaciones”. En el mismo audiovisual, su esposa María Cristina Peredo, recordó: “Le gustaba la pintura, el dibujo y su profesión”.
Ribera construyó los dos primeros teatros cruceños, desarrollados con bastidores mecánicos y con condiciones acústicas de calidad. Paralelamente, restauró la Catedral junto a otros tres profesionales. Sin embargo, su obra más monumental es el templo María Auxiliadora, uno de los más emblemáticos de Santa Cruz de la Sierra y con una calidad arquitectónica y espacial notables.
Previo a la distinción, el director de la Bienal de Arquitectura de Santa Cruz, Ernesto Urzagasti, resaltó las características de Sergio Antelo, de quien se tomó su nombre para el galardón. “Fue un prolífico arquitecto. Él fue más allá de su profesión, alcanzando las letras, el pensamiento político y la gestión municipal e institucional”, indicó. Fue presidente de los colegios que aglutinan a los arquitectos de Santa Cruz (desde 1974 a 1977) y del de Bolivia (desde 1978 a 1981). Elaboró obras claves, como la exterminal de buses Julio Prado Montaño, el Aeropuerto Viru Viru y el Parque El Arenal.