Más allá del valor histórico de los edificios y casas de una ciudad, en este caso del centro histórico de Santa Cruz de la Sierra, está el valor de la memoria colectiva; los recuerdos que tenemos y los sentimientos que nos generan al recorrer estos espacios en diferentes momentos de la vida.
La obra “Memorias del Casco Viejo” compuesta por dos láminas ilustradas a mano de 70x70, muestra dos periodos del centro cruceño y varias generaciones que se identifican con estos mosaicos de “figuritas” con una ubicación aproximada por cuadrantes.
En estas láminas se propone un recorrido imaginario por algunos lugares que ya no están, pero sobreviven en la memoria de los cruceños. Es inevitable pensar en una tercera lámina que muestre el estado actual de esta zona tan frágil y deteriorada, y proponer la construcción de nuevos espacios y experiencias.
Lámina 1: EL CASCO VIEJO de 1960 a 1980
Mientras la ciudad se desarrollaba en barrios, radiales y anillos; llegó el enlosetado y llegaban otras modas o costumbres urbanas, el centro tuvo su máximo número de habitantes (finales de los 70s).
Cines, discotecas, bancos, heladerías, tiendas, tambos, pulperías, plazas, mercaditos, colegios, institutos, además de las tradicionales iglesias y fiestas de barrio, daban vida al "Casco Viejo".
Lámina 2: EL CENTRO MILLENNIAL del 2000 al 2010
La explosión de los cafés internet, los boliches de la movida underground. El cambio de imagen de la Plaza y Manzana 1; los viernes llenos de adolescentes en el Casco Viejo. Las panaderías tradicionales y heladerías. Los nuevos centros culturales, un skatepark improvisado en el Arenal, La recova y los juntes afuera del hipermaxi sobre la calle Florida. La casa de los abuelos y la vida de las oficinas en un mundo paralelo, mientras el centro comenzaba vivir de noche.