La Casa toma su nombre haciendo referencia a la leyenda del Toborochi, árbol nativo de las selvas tropicales con excéntricos movimientos en su tronco, que es el refugio que toma Araverá para tener a su hijo en dicha leyenda.
La vivienda unifamiliar productiva se emplaza dentro de la zona norte de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, a una cuadra de la Avenida Alemana, entre 5to y 6to anillo, en un área urbana en promedio concurrida con buenas oportunidades comerciales, entonces una de las principales premisas es crear un equilibrio entre el espacio público de la vivienda, es decir el área productiva o clínica odontológica y los espacios privados, donde viven los usuarios, sin separar el uno del otro. Morfológicamente se generó jerarquía con volúmenes altos en contraste con otros más bajos, añadiendo celosías en los extremos de algunas caras con el fin de mermar los volúmenes pesados.
Todos los volúmenes rotan sobre un mismo eje, dándole a estos movimientos excéntricos inspirados en la forma del árbol “Toborochi”, movimientos que aportan con la buena organización de los espacios con respecto a la trayectoria de los vientos y el asoleamiento de la vivienda. Las aberturas dentro de la composición están planificadas para aportar con iluminación natural en cada espacio.